El tratamiento del TOC no es, para nada, un camino fácil. No consiste en "pues deja de lavarte las manos y ya está" "si es una tontería, piensa en otra cosa". No. El tratamiento para el TOC es más complejo y difícil de lo que puede aparentar ser. La persona que lo padece está cogiendo sus mayores miedos, agarrándolos de los hombros, mirándo sus ojos de llamas azules y gritándoles que se acabó, aunque para ello tenga que quemarse. Como siempre me dicen:
"Hay que sufrir para dejar de sufrir"
Por mucho empeño que le pongas, por muchas ganas que le eches, por muchas lágrimas que sueltes, siempre hay recaídas. No te preocupes, el TOC es así, das tres pasos hacia delante y uno hacia atrás; hay que ser conscientes de eso, perdonarnos, no venirnos abajo y continuar luchando. No permitamos que una mala pasada nos haga perder la batalla, porque la recompensa merece la pena.
Como todo en esta vida, habrá momentos buenos y momentos malos, pero no nos dejemos vencer por los segundos. Quiero ayudarte en esta lucha, nuestra lucha, por lo que voy a dejarte una serie de consejos para que puedas continuar peleando.
1. Lleva a cabo un diario de logros
Cada logro que consigas, cada paso (por muy pequeño que sea) anótalo en una libreta detallando cómo te sentiste antes y después de llevarla a cabo. Yo sé que para muchos abrir una puerta puede parecer una tontería, pero si para ti es un logro, ¡apúntalo!. Usa esta libreta cuando estés triste, cuando creas que no has avanzado nada, léela.
2. No te compares con nadie
Esto es algo que, por desgracia, tendemos demasiado a hacer. Cada persona es un mundo, cada TOC es diferente, incluso aún cuando estemos hablando de un mismo tipo. Todos y cada uno de nosotros lleva un ritmo distinto, todos y cada uno de nosotros hemos tenido diferentes experiencias vitales, interpretamos las cosas de un modo diferente, tenemos mayor o menor apoyo, etc. Por eso, nunca te compares. Fíjate en tus metas y olvídate de los demás.
3. Estate atento a las pequeñas señales
No infravalores un pequeño ritual, no pienses "ah, es pequeñito, no pasa nada", porque todos sabemos que esa pequeña compulsión acabará provocando una recaída. Sé honesto contigo mismo, reconoce los primeros intentos del TOC para ganar terreno y párale los pies. Para ello es muy importante conocernos a nosotros mismos y a nuestro TOC, es un proceso más que conlleva tiempo. Cada recaída te ayuda a aprender algo más sobre ti y tu TOC, y cada vez se espaciarán más en el tiempo. No te preocupes. lo superarás.
4. Ocupa tu tiempo libre
Al eliminar las horas de compulsiones, nos queda un montón de tiempo libre del cual no disponíamos y con el cual no sabemos qué hacer. Prueba distintas aficiones, haz deporte, retoma viejas costumbres, crea un nuevo círculo de amigos, ¡lo que sea!. Pero no dejes que el tiempo pase sin hacer nada, el tiempo muerto es el mejor aliado de las recaídas.
Espero que estos pequeños consejos te sirvan para mejorar cada día y ganar, batalla a batalla, la guerra. Teniendo en cuenta, claro, que ganar la guerra no significa eliminar al TOC de nuestras vidas, sino conseguir gestionarlo de forma que interfiera lo menos posible en ellas.
Muy buen artículo. Me gustaría añadir, en referencia a cuando se dice que al no hacer compulsiones quedan horas libres, que aunque tengamos obsesiones y compulsiones tenemos que seguir tratando de hacer(en la medida de lo posible) lo que queremos hacer. Yo por ejemplo tengo ciertas obsesiones, que aún estando, si me esfuerzo en conectar, si me centro en lo que estoy haciendo, dejan de monopolizar mi foco de atención. Es verdad y curioso que cuando mejor hago ésto es en conversaciones y estando con gente, es como que resulta más fácil concentrarse en el otro que en uno mismo. Por ejemplo tratar de centrarme en lo que estoy pensando o leyendo. La idea sería llegar a centrarte en lo que quieres pensar como cuando me centro con mi psicóloga o con conversaciones interesantes en las que el toc prácticamente desaparece, llega a perder el foco. Creo que es un asunto clave. Enhorabuena por el blog, me gustaría hacer algo parecido, contar mi experiencia y reflexiones. Espero tener la voluntad y motivación para hacerlo. Un abrazo
ResponderEliminarLo que me resulta también muy curioso es que cuando converso de algo interesante, sin darme cuenta desaparece la obsesión. Es decir, el hecho de meterme en la conversación, de forma natural, hace perder el foco a la obsesión. Cuanto más interesante o apasionante me resulte el tema, más rápido y más seguro pierde el foco la obsesión, que aunque siempre está ahí detrás jodiendo, si uno trata de no hacerle caso y seguir a lo que de verdad le apasiona, acaba perdiendo el foco la obsesión. Sólo he conseguido ésto en conversaciones. Tengo que poner mayor esfuerzo en tratar de aplicarlo sobre mi propio pensamiento. Escribir es una forma inteligente. Mientras escribo ésto he tenido menos obsesiones, ya que tengo que enfocar en lo que escribo. Bueno, espero seguir desarrollando el tema.
ResponderEliminar