Hay días que se nos hacen demasiado cortos, y noches que se nos hacen eternamente largas. El tiempo y su relatividad, que no perdona ni una. En días cómo hoy, en los que quieres llorar y no sabes por qué; en los que te encantaría vaciarte por dentro pero no puedes; donde la vida se convierte en un camino demasiado empinado para seguir subiendo y no te quedan fuerzas ni piernas a las que sujetarte; en días como estos es cuando te necesita.
Sí, a ti, da igual quién me esté leyendo. Vivimos rodeados de personas, y damos por hecho que vivir en una marea de gente nunca puede ser sinónimo de estar solos. Hay días, como hoy, en los que te cagas en los telómeros y su existencia. Días en los que, aunque lo sepas, necesitas que te lo digan.
Que te digan que te quieren, que eres importante, que vales para mucho, que eres fuerte, valiente y admirable. Que nadie es quién para juzgar tu camino, que tienes derecho a caerte, y que puedes pedir ayuda para levantarte.
Que estoy aquí, aunque no lo creas, o aunque no lo consigas ver. Que te apoyo, que te comprendo aunque no lo viva, que sé que es duro luchar día sí y día también contra algo que parece que nunca conseguirás vencer. Pero que no te preocupes, porque estoy aquí para ayudarte.
Que me has regalado momentos preciosos en la vida, que has ayudado a más gente de la que crees, que eres esencial para la vida de muchos, que el camino es lento, pero mejor despacio y seguro que rápido y acabar en el acantilado. Que tú puedes, aunque no te lo creas. Aunque no lo veas. Yo lo sé, yo te quiero y te admiro.
Por ello, aunque hoy no sea el día especial de nada (o eso creo) os propongo una idea. Dado que nunca sabemos qué batallas está peleando cada persona en su interior, ¿por qué no coger hoy, o cuando leas esto, y les dices a esas personas que son especiales para ti? ¿por qué no les explicas el por qué? ¿por qué no les dices lo que las quieres y aprecias? ¿por qué no darle un abrazo, un beso y regalarles una sonrisa? ¿por qué no recordar todos esos momentos divertidos que vivisteis juntos, recordar las agonías de las que ahora os reís? ¿por qué no? Estas palabras, estos gestos, nunca sobran.
Esta es mi carta de ánimo, de ayuda, no me importa quién seas, no me importa quién la lea. Te la dedico a ti, por si la necesitas.
Cuando es el alma el que grita que hay algo que falla. Cuando apenas puedes oír los ruidos del mundo que te rodea porque los sollozos los anulan. Cuando entras en un estadio especial en el que tu mente parece quedarse en blanco y sin embargo si tuvieras que plasmar en un lienzo su color sería negro. Cuando no puedes definir qué es lo que te está pasando pero te das cuenta de que cuando repartieron las piezas del puzzle de la vida la tuya no podía encajar más que cuando hacías esfuerzos constantes por limar las zonas mal definidas. Cuando todo ésto ocurre en tu interior a veces lo mejor es expresarlo tal y como lo sientes. Porque amiga, lo más importante de todo es aprehender que las personas como tú, como yo, como aquél, te pueden comprender, te pueden escuchar, te pueden acompañar en tu sufrimiento y sentirlo como propio y eso, amiga, es la mayor conexión que se puede producir entre seres humanos y no todo el mundo tiene la posibilidad de experimentarlo. A veces no hay que seguir adelante sino parar y respirar el aire que te envuelve.
ResponderEliminarUn beso enorme. Mjose.