Sentía la necesidad de escribir esto. Porque hoy ha sido un cúmulo de sentimientos y emociones. Miedo, preocupación, pero también algo de liberación. Hasta incluso gracia. Llevo desde los 16 años lidiando con una guerra constante en mi cabeza. Y que convirtió mi vida en un auténtico infierno. Como la de todas las personas que padecemos trastorno obsesivo compulsivo. Hizo que abandonara TODOS mis sueños. Todas mis metas. Que abandonara a mi familia. A amigos. Y sobre todo a mí. Hay tantos, tantos tipos de TOC, que sería imposible decirlos todos. Porque cada TOC es un mundo. Pero resumiendo, mi TOC se basa en contaminación mágica. Tengo pensamientos y obsesiones que me hacen sentir sucio, mala persona, y por ese mismo motivo, me lavo o me lavaba las manos de forma incesante para aliviar ese malestar, culpa, asco y ansiedad que me provocaban. Porque esa suciedad mental pasaba a mis manos, y de mis manos, a lo que tocaba. Y me llevaba a realizar cierta...
Hoy me he sentido libre. Una libertad que no conocía. Desde muy pequeña me ha preocupado el mar en demasía. No era capaz de pisar el suelo de debajo del agua, ni nadar sin estar atenta a lo que me rodea. Era incapaz de nadar dónde no hacía pie ni introducirme en las famosas playas de arena donde caaaminas caaaminas caaaminas y sigues haciendo pie. Hoy he entrado corriendo con Draco al agua, saltando, jugando, nadando. Y no he pensado ni un segundo en todos aquellos temores que me acorralaban e impedían disfrutar de momentos como este. He tardado veinticinco años en poder sentir esto. Veinticinco. Pero hoy... Hoy me he sentido libre. Y no he parado de pensar en todas aquellas personas que han hecho esto posible. Alicia, el ángel que me ha guiado por el tortuoso e insufrible camino que es el TOC; mi padre, mi madre, mis hermanos y por supuesto en Draco. Pensaba en todos ellos y en lo feliz que me hacía poder estar ahí. Parece mentira que hace tan sólo d...