La vida es dura. Tenemos TOC, y sufrimos. Sufrimos como todas las personas con el añadido de pertenecer a una minoría invisible que nos hace la existencia casi imposible. Pero no hay por qué avergonzarse de ello. Tengo TOC, ¿y qué? No me avergüenzo de ello, y pienso luchar por dejar de ser invisibles para pasar a ser comprendidos. Os dejo un vídeo donde Damián Alcolea explica muy brevemente lo más básico de este trastorno. Y recuerda, nunca bajes la cabeza por ser quien eres.
En este espacio encontrarás el electrocardiograma de las sístoles y diástoles que conforman la esencia de nuestros pensamientos. Dos hermanas. Dos mentes. Un alma.