TOCADAS, PERO NO HUNDIDAS
Seguramente esta entrada debería haber sido la primera en publicarse en este blog, pero como dicen por ahí:
Pues eso, que como las normas fueron hechas para ser rotas, escribo la entrada ahora y no cuando supuestamente correspondería. ¿Por que ahora? Pues por vosotros. Sois muchos los que me habéis preguntado ¿si tienes fobia social como haces el blog? ¿cómo se te ocurrió hacerlo? ¿si te da miedo ser conocida públicamente por qué lo haces?¿de dónde sacas las fuerzas? ¿por qué te molestas tanto en algo que va a llegar a muy poca gente?
Para poder comprender el inicio de este blog tengo que volver a desnudarme ante vosotros, queridos lectores, aunque esta vez será solo un poco. Conocéis esa famosa frase de Robin Williams donde dice:
Sólo con leer y entender esta frase; podréis comprender por qué estoy aquí a pesar de todo el esfuerzo que implica tanto a nivel psicológico como material. Desnudarme al mundo, a mi familia, a mis amigos, a desconocidos. Pero, ¿sabéis qué?. Me importa una real y absoluta mierda. Y voy a explicaros por qué.
Sí, padezco Trastorno Obsesivo Compulsivo además de otras cosas que no vienen a cuento, o quizás sí, pero no es el momento de contarlas.
Sí, he sufrido mucho a lo largo de mi vida, he sufrido, sufro y sufriré. Este fue de los primeros pensamientos que me vinieron a la mente cuando me lo diagnosticaron. ¿Por qué nadie me había diagnosticado TOC antes? ¿Por qué nadie se había dado cuenta de lo que yo llevaba por dentro? ¿Por qué nadie me rescataba?
La respuesta es sencilla, pero como dijo hace poco nuestra colaboradora golondrina resiliente, que sea sencilla no significa que sea fácil. ¿Por qué sufrir durante veintitrés años en silencio este trastorno y otros? ¿Por qué no acudir a tu familia? ¿Por qué ocultarlo a tus amigos? Por miedo.
Pero, ¿miedo a qué?. A todo. A no ser comprendida, a no ser tomada en serio, a no encontrar apoyo, a no saber transmitir lo que me pasa cuando ni siquiera yo sé que tiene nombre y apellidos, a creer que estoy loca, que soy la única a la que le pasa. Miedo a ser rechazada, a ser estigmatizada, a ser dejada de lado y apartada de la sociedad como el bicho raro que me siento.
Aún recuerdo las palabras de mis padres, fueron las que resonaron en mi cabeza durante días:
Pero, ¿miedo a qué?. A todo. A no ser comprendida, a no ser tomada en serio, a no encontrar apoyo, a no saber transmitir lo que me pasa cuando ni siquiera yo sé que tiene nombre y apellidos, a creer que estoy loca, que soy la única a la que le pasa. Miedo a ser rechazada, a ser estigmatizada, a ser dejada de lado y apartada de la sociedad como el bicho raro que me siento.
Ese miedo consiguió que me callase durante los veintitrés años de mi vida, que no fuese capaz de pedir ayuda, de contárselo a mis padres o amigos. Ese miedo hizo que me distanciara de ellos, que huyera lejos a un lugar donde nadie pudiese verme. Porque está muy bien llevar la máscara de la felicidad y disimular que todo está bien, pero llega un día que eso te resulta demasiado pesado. Y entonces decides aislarte del mundo. Seguir fingiendo que todo está bien cuando por dentro tu alma está rota en cientos de miles de sentimientos rotos puede llegar a resultar muy agotador. Y es ahí, cuando ya no te quedan fuerzas ni para simular una sonrisa, cuando la gente cercana te comenta "¿estás bien?" "te noto como mortecina" "¿te pasa algo", es ahí y no en otro momento cuando decides desaparecer. Cuando ya no te quedan fuerzas para seguir fingiendo, cuando no tienes la garra para pedir ayuda, es ahí, y no en otro momento, cuando desapareces.
Si nadie te ve, no tienes que fingir nada. En mi caso desaparecí, sí, eliminé todas mis redes sociales, hice de mi cama un castillo, no respondía al teléfono ni iba a clase. Ignoraba a todo aquel que intentase contactar conmigo y seguía ocultando todo el sufrimiento que llevaba encima, escondida debajo de mis sábanas, con secretos que sólo mis lágrimas y almohadas conocerán. Llegó un momento en el que incluso pensé en saltar de este mundo, pero gracias a mi cobardía y a mis conocimientos farmacéuticos sabía que aunque me tomase todos los medicamentos que había en mi taquilla lo único que conseguiría sería pasar una temporada en el hospital para luego seguir en esta misma mierda. Y fue ahí, y no antes, cuando realmente me di cuenta de que tenía un problema, cuando decidí buscar ayuda.
Aún recuerdo las palabras de mis padres, fueron las que resonaron en mi cabeza durante días:
¿Por qué has esperado a estar así de mal para pedir ayuda y no has venido antes?
Pero no fue la pregunta, fue la respuesta lo que me hizo abrir este blog: MIEDO. Miedo a todo lo comentado anteriormente, y eso me hizo replantearme una serie de preguntas, ¿por qué he tenido que esperar tantos años sufriendo un trastorno y unas circunstancias que no me correspondían? ¿por qué no podía ser yo y contar libremente lo que me ocurre? Por la sociedad y esa maldita estigmatización a la que estamos sometidos todos aquellos que sufrimos de algún trastorno o enfermedad mental. Por el desconocimiento e ignorancia generalizada acerca de la salud mental existente en nuestro país, y en general, en el mundo. Y entonces me di cuenta de una cosa:
Porque, si eres afectado, no quiero que te sientas solo o incomprendido, quiero que encuentres otros testimonios, que encuentres apoyo e información que pueda facilitar a tu entorno cómo entender lo que te ocurre.
Porque, si eres amigo, familiar o conocido de un afectado, quiero que entiendas qué es lo que nos ocurre, por qué nos callamos, porque las cosas pueden no ser lo que parecen, que encuentres las herramientas necesarias para estar bien informado y ofrecer el apoyo adecuado.
Porque, si eres amigo, familiar o conocido de un afectado, quiero que entiendas qué es lo que nos ocurre, por qué nos callamos, porque las cosas pueden no ser lo que parecen, que encuentres las herramientas necesarias para estar bien informado y ofrecer el apoyo adecuado.
Porque yo ya me cansé de sufrir y favorecer al sistema opresor. Porque no quiero que nadie más siga sufriendo de la misma forma en la que yo sufrí. Porque sé que no voy a cambiar el mundo, pero a lo mejor te cambio a ti.
Precioso y valiente
ResponderEliminarUna guerrera . Ole!
Vendrán momentos malos , menos malos.. pero qué nos pillen guerreando
"Lánzame a los lobos, y me verás liderando la manada"
EliminarA eso se le llama coger al toro por los cuernos.
ResponderEliminar¡Mi chica valiente!
Recuerda la canción, aunque es de otra tematica: "si me dices 'ven' , lo dejo todo..."
Ánimo y siempre hacia adelante.
Puedes estar segura de que tu valentía no sólo te va a ayudar a tí sino también a muchas otras personas a las que les toc-a directamente y a las que nos toc-a por afinidad afectiva y familiar.
Te queremos tal cual eres. Te ha toc-ado ser valiente, te ha toc-ado ser luchadora y has elegido el didactico camino de enseñarnos con la creación de tu blog.
A nosotros nos toc-a aprender de ti y contigo.
Te queremos como eres.
😇😇😇
EliminarTú aportación es muy grande muy reveladora y muy importante en éste momento en el qué parece que se habla de todo pero que las enfermedades mentales siguen siendo unas grandes desconocidas, luchemos entre todos para que sean eso sólo enfermedades cómo cualquier otra, gracias por todo lo que has aportado.
ResponderEliminarGracias a vosotros por vuestros comentarios y por leernos. Sin vosotros esto sólo sería un papel lanzado al vacío. :)
EliminarVolví para leerlo otra vez y me di cuenta de que no se había publicado mi comentario, entré un poco en pánico porque se me olvidó qué había escrito, pero me acuerdo que era tan claro, me siento mal porque no se me ocurre qué decir.
ResponderEliminarSolo puedo agradecer, en nombre de todos aquellos que han tenido que sufrir por ser, y además agradecer por tanto coraje y sinceridad, me motivó mucho a seguir aprendiendo e informando a la gente respecto a trastornos mentales.
Tengo la certeza de que esta es la ruta hacia un mundo mejor, un mundo para todos. Me llenó de fuerza.